miércoles, 30 de noviembre de 2011

Basura electrónica


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La sombra de la tecnología

46.000 Celulares son desechados diariamente en el mundo. Solo en el año 2010, 100 millones de teléfonos y 300 millones de computadoras portátiles se convirtieron en basura según cifras de la Secretaría Nacional de Educación Superior Ciencia Tecnología e Innovación, Senescyt.
Anualmente se desechan 50 toneladas de chatarra electrónica a nivel mundial, incluyendo aparatos electrodomésticos y tecnológicos y sus respectivos accesorios.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, con sede en Paris, basura electrónica es todo artefacto que se nutre de energía eléctrica en desuso.
Santiago Peña, ingeniero en sistemas de 28 años, afirma que, por ejemplo, la vida útil de un computador es de 4 años, sin embargo, muchos se botan a la basura antes de este tiempo porque los avances tecnológicos son constantes. Se crean nuevos programas, más eficaces y más veloces, para poder hacer uso de ellos, se requieren mejores equipos y lo mismo sucede con los celulares.
Organizaciones encaminadas a la defensa del medio ambiente como Green Peace acusan a los países desarrollados de enviar sus desechos electrónicos a los países pobres.
En un informe publicado por la Organización de Naciones Unidas, ONU, se afirma que Ghana y el Sur de China son los centros más grandes  dónde se  depositan estos restos.
En América Latina no existen leyes claras que regulen la manipulación de estos desechos. Se mezclan con la basura común, pero por su alto contenido de compuestos tóxicos, no pueden ser tocados si no se usan al menos guantes y gafas para proteger los ojos como afirma Santiago Vásquez experto en seguridad ambiental.
El mayor productor de basura electrónica en nuestro continente es Argentina. Según cifras del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, PNUMA, cada ciudadano de este país genera 2.5 kilogramos de chatarra de este tipo.
Ecuador sin acciones claras al respecto
En una exposición llevada a cabo el 19 de octubre en Campus Party, la Senescyt afirmó que en el Ecuador 10 Millones de teléfonos y 3 millones de computadoras personales dejaron de operar y se convirtieron en chatarra hasta fines del 2010, además, se estima que con la desaparición de la televisión analógica 2 millones de televisores también se convertirán en basura.
El Ministerio del Ambiente a través de la Subsecretaría de Calidad Ambiental trabaja en la normativa nacional sobre este tema, extendiendo cada vez más esta gestión a los Gobiernos Autónomos Descentralizados, pero no hay una normativa que regule el manejo de la basura electrónica como tal.
Bastarían 30.000 pilas de reloj para contaminar el reservorio de Papallacta, la fuente de agua dulce más grande de Quito, afirma Francisco Yépez, ingeniero ambiental, gerente general de Aseminca, una empresa dedicada a brindar asesoría en temas medioambientales.
En el 2006 los municipios de Cuenca y Loja emprendieron una campaña en la que se logró recolectar 200.000 pilas.
En el 2009 la empresa de telefonía Movistar lanzó una iniciativa denominada “Recíclame y comunícate con la Tierra" que pretendía recuperar materiales de teléfonos celulares para que sean reutilizados, sin embargo, no hubo mayores resultados, pues como lo afirma la ambientalista Ana María Varea, las autoridades no se han preocupado por crear una conciencia ciudadana sobre el reciclaje de los aparatos electrónicos.
Sin embargo, Computron, una empresa que vende aparatos tecnológicos, recibe partes de computadoras para reutilizarlas y paga un costo simbólico por ellas: CPU: $20, impresoras $15, monitores $10.
Electro basura: un peligro mortal
Muchos de los componentes de celulares, electrodomésticos, cargadores, pilas, computadores etc., están hechos con metales pesados como el plomo, el cromo el mercurio y el cadmio, estas son sustancias tóxicas que tienen diversos efectos sobre la salud de los seres humanos.
El plomo usado para recubrir cables es un compuesto altamente peligroso. La doctora Siberia Tobar dice que puede generar desórdenes en el sistema nervioso y aumentar la presión sanguínea. Además, se lo considera un elemento que puede provocar distintos tipos de cáncer.
Otros materiales como el cromo, usado en la elaboración de cubiertas de metal y el cadmio, componente principal de las baterías, también son relacionados con el cáncer, las enfermedades vasculares y las afecciones neurológicas según Tobar.

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